viernes, 30 de septiembre de 2011

Húmedo


Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, 
pero es una caja que no podemos encender nosotros solos... 
Necesitamos la ayuda del oxígeno y de una vela.
En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; 
la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido 
que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos.
Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa.
Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, 
desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo,
hasta que llega una nueva explosión a revivirla. 
Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, 
puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma.
Ese fuego, en resumen, es su alimento. 
Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, 
la caja de fósforos se humedece y ni uno de los fósforos se encenderá nunca.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Líneas delgadas


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 Here’s one of the things I learned this morning: 
If you cross a line and nothing happens, the line loses meaning. 
It’s like that old riddle about a tree falling in a forest, 
and whether it makes a sound if there’s no one around to hear it.                

sábado, 24 de septiembre de 2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

Mujer


"Soy una mujer fuerte y decidida", repitió, en voz baja, para sí misma. Era una privilegiada por estar allí, con aquel hombre, a quien las personas adoraban o temían. Revivió toda la tarde que habían pasado juntos se acordó del momento en que percibió alguna ternura en su voz. "Quién sabe si también me encontró una mujer interesante. Tal vez incluso quisiera hacer el amor conmigo." No sería una mala experiencia; había algo extraño en sus ojos.
"Qué pensamientos tan tontos." Estaba allí, detrás de algo muy concreto y, de repente, se percibía a sí misma como una simple mujer.