Para engañar al mundo, toma del mundo la apariencia;
pon una bienvenida en tu mirada, en tus manos y lengua;
procúrate el inocente aspecto de una flor
pero se tú la víbora que oculta.
pon una bienvenida en tu mirada, en tus manos y lengua;
procúrate el inocente aspecto de una flor
pero se tú la víbora que oculta.
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